Al darle la bienvenida al 2020 me puse a pensar en la visión 2020. Yo tenía cataratas y eso causó que mi visión se deteriorara gradualmente con el paso de muchos años. No es algo que notas de inmediato por el hecho de ser tan gradual. Mi visión reducida significó que tuve que dejar de practicar el golf porque luego que le daba a la pelota no podía ver a dónde había ido a parar (¡y de todas formas siempre se iba al lugar equivocado!) Un día me hicieron una operación y mi vista volvió a ser 20/20. ¡Desafortunadamente mi puntaje en el golf nunca se recuperó!

Los que quiero decir es que cuando recién nos hacemos cristianos, tenemos el corazón lleno de gratitud, un amor por Dios y un deseo muy claro de querer servirle. Pero gradualmente, con el pasar de los años nuestra visión se nubla y la vida con sus presiones por todas partes y las ocupaciones del mundo pueden desplazar las afirmaciones del Evangelio en y sobre nuestras vidas.

Los ciegos no pueden ver y aquellos con una visión nublada están impedidos visualmente. Necesitamos remover las cataratas espirituales para que podamos ver claramente. El mensaje del Evangelio nunca ha estado más necesitado que hoy día en este mundo tan lleno de problemas.

Hagamos del 2020 el año de la visión 20/20. Busquemos claridad de la visión para nuestro propósito individual y para el propósito de CV de ‘Alcanzar a mil millones’ con el mensaje de Jesús.