Un Virus

Hemos estado escuchando contínuamente acerca del virus Covid-19 y los estragos que está creando alrededor del mundo. La Organización Mundial de la Salud y los gobiernos están haciendo todo lo que pueden para prevenir su propagación, incluyendo cierres totales de pueblos, ciudades y países enteros.

Tristemente, cientos de miles se han contagiado con el virus y miles han muerto y muchos más morirán. Esto es una tragedia. Están trabajando fervientemente en centros de investigaciones médicas para crear una vacuna y no hay duda que la podrán crear.

Esto me llevó a pensar en un virus que afecta a toda la humanidad; el pecado. Los primeros habitantes de este planeta se contagiaron del virus del pecado por su desobediencia, y desde entonces lo han seguido pasando a su descendencia. Es heredado genéticamente y la tasa de infección es del 100%.

La consecuencia para todos ha sido muerte física y espiritual porque lo llevamos en nuestra sangre. No hay cura para nuestros cuerpos físicos, no hay vacuna que se pueda hayar, pero sí la hay para nuestro espíritu. Necesitamos una transfusión de sangre de aquel cuya sangre está totalmente libre de la enfermedad.

En 1 Juan 1:7, se nos dice: ‘…la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado’. Así que Dios, ha provisto una vía para que podamos ser libres del virus de el pecado.

También encontró una manera para que nosotros podamos desechar estos cuerpos humanos que han sido infectados así, y tendremos los cuerpos resucitados que Él nos dará.

‘Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad. Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: La muerte ha sido devorada por la victoria’ (1 Corintios 15:53-54).

Sólo encontraremos nuestra esperanza eterna al aceptar este regalo gratuito que es Jesucristo, de parte de Dios.

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