¿HAY ALGÚN PROPÓSITO EN EL QUEBRANTAMIENTO?

“No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia” – Isaías 42:3

En general, cuando las cosas se rompen, las descartamos porque ya no sirven y son incapaces de hacer lo que solían hacer.

Sin embargo, hay ocaciones donde no hacemos lo mismo, como cuando las cosas son preciosas o tienen un significado especial, como al romper una joya o un automóvil dañado. Incluso, hay partes de nuestro cuerpo, como los huesos rotos, que intentamos que puedan arreglarse.

He escuchado de tantas personas en esta temporada de encierro continuo que están exhaustas. Están cansadas y se encuentran sin motivación por la continua incertidumbre. Sus esperanzas se elevan solo para ver cómo se arruinan nuevamente, y como dice Proverbios 13:12, “La esperanza frustrada aflige al corazón.”

Entonces, ¿cómo puede haber un propósito en el sufrimiento?

A través de la Biblia, escuchamos numerosas historias de personas que llegaban justo a este punto: Job, José, David, incluso Jesús estando en el Jardín del Getsemaní. En el punto de quebrantamiento de cada historia, contuvo una aceptación de y una sumisión a la voluntad de Dios. Y después de todo el cuestionamiento para el cual no había obvia respuesta, su conclusión fe decir: no se hizo mi voluntad, sino la tuya. Ellos nunca perdieron su fe en Dios. Y como Job dijo, “aunque él me matare, en él esperaré” – Job 13:15

En cada caso, llegaron a un mejor lugar, y su recompensa fue glorioso. Job encontró un nuevo entendimiento de Dios y fue restaurado el doble de lo que perdió. Jesé perdió su arrogancia juvenil y se convirtió en el segundo en Egipto después del Faraón. David llegó a ser el Rey más grande de Israel y el predecesor de Jesús. Y Jesús es hoy, el Rey de Reyes, Señor de Señores, y está sentado a la diestra del Padre.

Durante el proceso de selección para los regimientos élites del ejército, hombres y mujeres son llevados al punto de quebrantamiento donde mucho renuncian. Que tristeza por esas personas que no completan el curso. Nadie se somete a un entrenamiento tan rigoroso con la intención de renunciar, aunque algunos lo hacen y, sin duda, se arrepienten luego.

Sin embargo, quienes perseveran son los que luego, logran convertirse en una fuerza élite de comparte. ¿Cuál es la razón de todo esto? Fue para noquear el ser interior dentro de ellos y enseñarles que cómo cumplir órdenes instantáneamente sin reproche.

La intensión de Dios no es dejarnos rotos, sino que, mediante el proceso de quebrantamiento, Él nos remoldea a ser la persona que siempre ha deseado que seamos. Si eso es lo que Dios está haciendo con sus siervos ahora, entonces, podemos esperar oro precioso al salir del proceso.

Una flor es aplastada para que pueda liberar su fragancia; y su belleza pueda ser preservada cuando es presionada dentro de un libro.

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