Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. – Isaías 53:3.

Gracias al anonimato, hay muchas personas que utilizan las redes sociales para abusar, amenazar, maldecir y faltarle el respeto a personas que ni siquiera conocen. Estas personas que provocan deliberadamente a otros en línea diciendo cosas agresivas y ofensivas se conocen como trolls de Internet. Los trolls molestan y enfadan a la gente por entretenimiento.

Si te acosaran los trolls, ¿cuán fácil sería perdonarlos?

Consideremos a Dios por un minuto. Ha sido negado, maldecido, profanado, blasfemado, culpado y lo han amenazado con un puño en la cara. Incluso se utiliza el nombre de Jesús como una palabra de maldición y el nombre de Dios a menudo se utiliza en vano. Esto ha sucedido a lo largo de los siglos, con miles de millones de personas, el cine, la televisión y el teatro adoptando el mismo lenguaje.

¿Cómo crees que debe sentirse Dios?

Hay quienes quizá hicieron lo mismo en el pasado, pero ahora honramos su nombre. Lo amamos y santificamos su nombre porque es precioso para nosotros. Al fin y al cabo, fue por nosotros que estuvo dispuesto a sufrir este abuso. Ese amor exige nuestra respuesta.